19-03-2012

Tras meternos un poco con Max Nordau y su degeneración, dos serán los ámbitos en los que nos desenvolveremos hoy: el volcamiento de la realidad hacia la locura y el absurdo, y el primer acercamiento a las tierras de Ucrania y los seres que la habitan o habitaron. Entremedias irán revoloteando los fantásticos micropoemas de Ajo. Hace poco una peli presentaba a Jodie Foster luchando contra la aparente conspiración de silencio acerca de su hija perdida en un avión. Clement Rosset en su estudio sobre la identidad, «Lejos de mí» ya hablaba de esta construcción aberrante de lo social alrededor de uno a partir de otra película mucho más antigua: «Alarma en el expreso», de Alfred Hitchcock. Le escuchamos. Pero no dejaremos que nos enloquezcan ni nos hagan luz de gas. Aunque ese pensamiento pueda encarnarse en el momento más inesperado, como refleja el inquietante relato del argentino Angel Bonomini, «Proyecto de sueño». De ahí viajamos ya a Ucrania, a partir de la existencia fulgurante del odesiano Isaak Bábel. Acudimos a la joven neoyorkina Elif Batuman para que comparta con nosotros su acercamiento a Bábel desde su «Los poseídos. Aventuras con los libros rusos y la gente que los lee». Volveremos a escucharla. De Bábel leemos uno de sus primeros relatos, «El despertar», que nos conmueve profundamente por todo lo que implica. En el escaso tiempo restante presentamos a un par de poetas ucranianos, ambos destruidos por la revolución bolchevique que ayudaron a construir: Svidzinsky y Semenkov: el primero ardió encerrado en una cabaña y el segundo, con sus orígenes anarquistas, no tuvo un destino mejor. A propósito de ello, recordamos la gran aventura anarquista de los principios de la revolución en Ucrania con el devenir del makhnovismo. El resto de las múltiples referencias literarias ucranianas (decimonónicas y contemporáneas) llegarán en el primer programa de la primavera.

Sin comentarios

Aún no hay comentarios.

RSS de comentarios

Disculpe, los comentarios están cerrados.