14-01-2013

Completamos nuestro rescate de la obra de Calvert Casey con su más visceral relato: «Piazza Margana», un viaje por el interior del cuerpo de una persona a la que ama. Tras este chapoteo entre tripas y parajes inefables y con un texto suyo sobre Heny Miller y la libertad, amén del fragmento de «El desencanto» en el que se habla melancólicamente de él, acompañamos al bueno de Calvert hasta la salida, hasta su refugio al otro lado de la tumba. Tres poemas (García Calvo, Gamoneda y Sandor András). Y en la segunda parte, inspirados por ese viaje entre tinieblas por los vericuetos del cuerpo, acudimos a un muy atractivo libro de Michael Sims, en el que se hace un recorrido a la historia natural y cultural del cuerpo humano, «El ombligo de Adán». Leemos uno de sus fragmentos iniciales. Y a dos meses exactos de la huelga general (que recordamos con Peri Rossi y Sawa), en la que Esther Quintana fue agredida cobardemente por la policía perdiendo un ojo, empezamos nuestro minucioso viaje a diferentes porciones del cuerpo tratando de mostrar todo aquello que se puede perder cuando se pierde un ojo, todo lo que significa para nuestra cultura y nuestro mundo simbólico el ojo. Con estas notas oculares de Michael Sims, que seguramente prolongaremos la semana que viene, rescatamos el ojo perdido de Esther Quintana -y de tantos otros- y lo restituimos mágicamente con nuestras pequeñas palabras.

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