13-06-2011

A este lado de la tumba hallamos especialmente chirriante y obscena la imagen del comisario-conseller comulgando tras ordenar sus cargas criminales. Por ello se nos ocurre traer esta tarde a vuestra consideración algunos textos sobre los elementos que llevaron a la aparición de la religión cristiana como un producto de ingeniería maquiavélico-religiosa surgido de la expoliación, usurpación y perversión de multitud de cultos paganos y de la ulterior negación de tal acto por medio del crimen, la censura y la destrucción de pruebas y testigos. Leemos un par de textos sobre la conspiración para la creación de la religión institucionalizada del cristianismo, especialmente del católico; textos de Xavier Musquera y Santiago Camacho. Ya puestos, nos interesamos por contribuir a desmontar el persistente andamiaje de la manipulación de la figura de Nietzsche como un ser filonazi, manipulación llevada a cabo por la impresentable persona de su propia hermana. Acudimos al libro que tuvimos la semana pasada, «La inmensa soledad», de Frédéric Pajak. Enfangados como estamos ya en todas estas tareas de desmitificación y desenmascaramiento, tras leer un cuento psíquico de la murciana de finales del XIX Ángeles Vicente sobre sus experiencias espiritistas en relación a los materialistas o escépticos, nos lanzamos a tratar de leer un texto de David Lewis sobre la policía psíquica compuesta por estos mismos escépticos que mantienen a la ciencia como una eterna aspirante a convertirse en la nueva religión prefabricada de nuestro tiempo. Con el mal sabor de boca de esa imagen del político represor comulgando como hacía Pinochet tras sus matanzas nos marchamos tras leer un trocito de un texto de la argentina Jimena Néspolo que nos recuerda los acontecimientos que se vivieron en esa plaza de Barcelona el pasado 27 de mayo.

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